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martes, 15 de marzo de 2011

Balada triste de trompeta - Reseña

Hoy he disfrutado de esta producción española en la facultad de ciencias de la información, tengo que decir que he salido maravillado. (Aviso, puede que esta reseña contenga ciertos detalles sobre el desarrollo o final de la misma, he intentado que no fuese así pero no puedo asegurar que el leer esta reseña antes de verla influya en la predictibilidad de algunos hechos).


Balada triste de trompeta puede decirse que es una película que trata sobre muchas cosas, se puede ver como: un drama en general, una película histórica sobre la guerra y el franquismo, una película triste sobre el amor, una película con un diseño y estética muy trabajados o simplemente, una película que trata sobre la existencialidad del hombre.

La habilidad de guión y dirección de Alex de la Iglesia a la hora de transmitirnos como es el hombre auténtico es sublime. Javier (Carlos Areces, el payaso triste), representa al ser humano como es en el fondo, o que (como según que filósofos), debería ser. Podemos observar las similitudes de su comportamiento con un niño, un niño inocente y puro que vive en un mundo sin sentido, donde nadie es quien dice ser y todos bailamos al son del egoísmo y la hipocresía para llamarnos a nosotros mismos adultos. No puedo asegurar que fuese la verdadera intención de Alex de la Iglesia, pero esta película me transmite ese choque y confrontación entre el ser humano puro del que hablaba (el niño) y la sociedad, que le ata con un yugo a un mundo en el que la razón sirve para corrompernos y crear auténticos monstruos.

La evolución del personaje de Javier alcanza su punto álgido cuando conecta con la realidad, cuando se da cuenta de que tiene que ser un adulto para conservar lo que quiere, eso es lo que destruye su pureza, porque se integra en esta sociedad, es el asesino que todos llevamos dentro, más despierto de lo que pensamos que está. Después de eso la locura es inevitable, y la película cada vez va tomando un tono aún más oscuro, para poder llegar a un final con una potencia dramática imparable.

Hay posicionamientos filosóficos en la película bastante importantes, yo distinguiría dos. Por un lado el determinismo más absoluto (esto se ve en escenas como: el principio, los milicianos se llevan a gente al frente; el encarcelamiento del padre de Javier por parte de los franquistas; el franquismo en sí; el mundo del circo; la filosofía que surge de padre e hijo cuando el padre le dice a Javier que él no puede ser payaso feliz, que deberá ser payaso triste; un final apoteósico que aunque encaja excepcionalmente con el guión aunque sigue siendo algo imprevisible; la vida que Javier está obligado a llevar, el estar obligado a vivir en una sociedad y perder la humanidad absoluta de los niños). Todo esto en cuanto al determinismo, en cuanto al relativismo moral entramos en el tema del choque entre nuestra sociedad (el mundo material, real) y el mundo natural de los seres vivos. Esto ocurre cerca del final cuando la gente por la calle se siente suficientemente poderosa con su lógica y moralidad social como para apuntar a un payaso armado y llamarle (o poder pensar libremente que está) loco. Este relativismo nos hace pensar, no veremos una de esas (tantísimas) chorradas simplonas que nos dirán qué está bien y qué esta mal, esta película nos brindará la posibilidad de pensar por nosotros mismos, hasta que punto algo se justifica o no, o simplemente ¿quién es el loco? ¿El payaso armado gritando en busca de venganza o nuestra sociedad llena de hipócritas?

También se podría sacar el tono crítico de la película con la política, pero me gusta la idea de que sin incidir directamente en temas políticos, se puedan dejar claras algunas ideas sobre la guerra civil y el franquismo. En esto no me recuerda a otras tantas películas españolas que han tratado estos temas, además las técnicas de luz empleadas, el argumento y otras técnicas cinematográficas hacen que se vea la cruda y innegable realidad a través de una especie de carpa, la estética del circo (de la que hago una anotación más abajo) le da un aire de mínima fantasía o incluso ciencia ficción, pero a modo de metáfora; en una de las películas, como decía, más reales que he visto en mucho tiempo.

Otras ideas de coloquio que me ha parecido interesante respecto al tema de la política es la escena del elefante, por un lado la relación payaso - niños como si fuese político - pueblo; y la hipocresía que existe en el mundo real, donde los payasos que hacen reír a la gente tienen una intimidad brutalmente diferente.

La película presenta una estructura perfectamente planificada, las piezas encajan muy rápido, y eso le da cierta velocidad, aunque es una película para pensar, no para entretener. Es además una película violenta y cruel, y si eso echa para atrás a algunos espectadores, yo les animaría igualmente a verla, porque detrás de esa violencia se esconden conceptos realmente importantes de entender, esta película está hecha por auténticos artistas, se puede notar que no habla su cerebro, (si me permitís el misticismo) habla el alma.

En cuanto a interpretaciones, diría que por lo general están todas muy logradas, y dejando a un lado los personajes cómicos (que son lo que más la acercan al público como entretenimiento), destacaría sobretodo las interpretaciones de los dos payasos (Carlos Areces y Antonio de la Torre). Cuando actúan juntos son capaces de poner la piel de punta, Antonio (haciendo de Sergio, el payaso tonto) con la tensión que infunde desde un principio, consigue transmitir terror con pocas líneas, avecinado un personaje cada vez más detestable; y Carlos Areces transmite junto a él el miedo del niño que no entiende el mundo que le rodea y le sigue el juego a los demás por no sentirse rechazado, aunque es la persona más auténtica del circo de la sociedad.

He encontrado en la película ciertas similitudes con el Joker de Tim Burton, y la estética de locura (con violencia, sangre y balas dentro del teatro de la sociedad) me trajo a la mente de forma breve al videojuego Bioshock. Muchos efectos de luz, es una película llena de contrastes que puede que a la gente no le gusten demasiado, pero le da más sentido a la trama, y para mi gusto los juegos con los focos, su intensidad y las sombras es perfecto. Por otro lado, puede que las referencias históricas que hace la película gusten o no, pero no dejan indiferente a nadie, ya que son bastante espectaculares e impredecibles. Es uno de los motivos por los que veo tanto trabajo con el guión.


Por lo general es una película muy interesante, la recomiendo encarecidamente a todos los niveles, es una verdadera lástima que no ganase más premios, porque se lo merec
e.